Tengo una visión para mi país: un lugar próspero, pacífico, armonioso, tecnológico y competitivo, donde todos tengan acceso a la educación y sean buenos seres humanos con propósito y empoderados. Para lograrlo, me enfoco en abordar la escasez de talento en el desarrollo de software y la alta deserción universitaria, particularmente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia.

El sector privado ha experimentado un déficit de ingenieros y programadores de software, mientras que las universidades no satisfacen la demanda. Actualmente, graduamos solo alrededor de 7,000 ingenieros/programadores por año, lo que nos deja con un déficit de talento de entre 90,000 y 240,000 profesionales. Esto nos aleja del desarrollo y la economía del conocimiento.

La deserción universitaria, especialmente en Ingeniería de Sistemas, es un problema nacional. La Universidad de Antioquia enfrenta una alta tasa de deserción, lo cual tiene un costo social devastador. Propongo un programa de mentoría donde estudiantes avanzados ayuden a los de primeros semestres, lo que ha demostrado reducir la deserción en un 20%. Además, se puede establecer un sistema en el que las empresas apoyen económicamente a los estudiantes a cambio de un porcentaje de sus salarios una vez que se gradúen.

También es importante abordar las dificultades económicas de los estudiantes y la presión familiar. Aquí, el sector privado puede contribuir mediante donaciones de computadoras, apoyo en la estructuración de instrumentos de financiación y la participación de sus colaboradores en voluntariados.

En resumen, se necesita un enfoque conjunto para lograr una visión compartida de desarrollo en el país. Con programas de mentoría, apoyo económico de las empresas y la participación activa del sector privado, podemos reducir la escasez de talento y la deserción universitaria, allanando el camino hacia un futuro próspero y tecnológico.